En el pequeño mundo de los coches deportivos extremos, el nombre de Gordon Murray tiene un aura especial. Tiene el honor de ser el padre de uno de los más míticos de todos ellos: el McLaren F1. La historia también añadirá a su currículum el diseño de multitud de coches de Fórmula 1, en Brabham y McLaren, y finalmente el Mercedes-McLaren SLR. A sus 74 años, podría aprovechar su jubilación para rellenar cuadrículas de Sudoku o entregarse a los placeres de la pesca con caña, pero no: ha vuelto al negocio creando Gordon Murray Automotive y presentándonos su primer modelo: el T.50. ¿Quieres comprar un coche de ocasión al mejor precio? te recomendamos el concesionario de coches segunda mano Madrid Crestanevada.
Este nuevo superdeportivo es la continuación espiritual del McLaren F1: su tamaño es compacto (4,38 m de largo), su peso es muy limitado (980 kg), tiene 3 plazas delanteras, su motor es un V12 atmosférico y su caja de cambios es manual. Bienvenido al pasado, y es genial ver que alguien todavía es capaz de hacer este tipo de coche en 2020.
El corazón del coche es un V12 atmosférico de 3,9 litros desarrollado específicamente por Cosworth. Produce 663 CV y un par casi modesto de 467 Nm. Pero lo mejor es su zona roja, fijada en 12.100 rpm. Sí, 12.100, que es capaz de alcanzar en 0,3 segundos. Esto promete vuelos líricos en circuito, sobre todo porque la caja de cambios manual de 6 velocidades está escalonada «en corto» en las 5 primeras marchas, para favorecer la aceleración.
Los frenos son de discos cerámicos con pinzas Brembo de 6 pistones delante y de 4 pistones detrás. Pero lo más destacable de este superdeportivo es su bajísimo peso: 986 kg, es decir, unos 100 kg MENOS que un Renault Clio normal. En comparación, un Porsche 718 Cayman de tamaño equivalente pesa unos 1.500 kg.
En cuanto al diseño, Gordon Murray ha vuelto claramente a su primer amor. La inspiración en el McLaren F1 es obvia, sólo que más moderna. Las puertas y los capós se abren de la misma forma y un respiradero en el techo completa el mimetismo.
Para encontrar algo nuevo, hay que ir a la parte trasera, donde aparece un nuevo mecanismo: ¡un ventilador!
Directamente conectado a varias entradas de aire situadas en el coche y debajo de él, su acción aumenta el agarre y reduce la resistencia aerodinámica. Se trata de una versión muy evolucionada del sistema visto en el Brabham BT46B de Fórmula 1 en 1978, diseñado por… Gordon Murray, ¡así que hemos cerrado el círculo! Este equipamiento puede añadir temporalmente 50 CV a la potencia total o ayudar a frenar aumentando la carga aerodinámica.
La disposición del habitáculo no sorprende: tres asientos delante, con el conductor en el centro, como un McLaren F1. Es elegante en extremo, pero hace algunas concesiones a la modernidad con dos pequeñas pantallas LCD y un sistema de audio de 700 W, compatible con Apple CarPlay y Android Auto.
El T.50, un coche de ingenieros, tiene todas las papeletas para convertirse en el supercoche definitivo de la vieja escuela. Aún no se menciona el rendimiento, pero es casi secundario ante una ficha técnica tan apasionante. La producción se limitará a 100 unidades, que se venderán a un precio base de 2,6 millones de euros. Deseemos mucha suerte al Sr. Murray para que siga haciéndonos soñar.