Las diferencias de precio de las estaciones de recarga son demasiado grandes, según la Asociación de Consumidores.
La ventaja de un coche eléctrico es, por supuesto, que es muy respetuoso con el medio ambiente. Además, hay algunos incentivos económicos. Por ejemplo, a pesar de su elevadísimo peso, no tienes que pagar el impuesto de circulación. También puede ahorrarse algunos impuestos adicionales y, si compra uno de forma privada, también puede esperar una ayuda económica de la madre patria.
La carga también fue siempre barata, pero eso ha cambiado. Pero el problema va mucho más allá. De hecho, las diferencias de precio de las estaciones de carga son completamente confusas.
Ahora hay muchas formas de cargar. Además de la diferencia de ubicación, también hay diferencias en cuanto a las estaciones de carga. Algunas pueden cargar más rápido que otras. En sí, no es de extrañar que pagues más en una estación de carga superrápida que en el cargador de goteo junto al snack bar De Lange Lummel.
En este caso, nos centramos brevemente en la estación de recarga pública. Bueno, ‘nosotros’, la Asociación de Consumidores ha llevado a cabo una investigación y compartimos contigo, querido lector, algunas conclusiones interesantes. Una espina que tiene clavada la ‘unión’ es que las diferencias son tan grandes, sin razón aparente.
En algunos casos, en algunas calles, se ahorra hasta 0,28 por kWh, sin que esté claro de antemano cuál va a ser el precio. También se observa una diferencia aproximadamente igual en las distintas ciudades. En Ámsterdam, se puede cobrar desde 0,33 euros por kWh, pero en Almere puede llegar a 0,61 euros por kWh.
Los operadores de los postes están obligados a mostrar los precios, pero no siempre lo hacen. En lugar de carteles gigantescos, hay que escanear con un código QR y regularmente no lo hacen. Como resultado, la tarifa de cobro es siempre una sorpresa.
Ejecutivos
Por último, existe un problema con los operadores. Municipios ingenuos en la carrera hacia la supremacía sostenible y automovilística, virtudes incluidas, han cedido en algunos casos el encargo de instalar estaciones de recarga con demasiada facilidad. Léase: a un proveedor.
Lo malo es que ahora tiene una posición de monopolio y puede pedir básicamente lo que quiera. Bueno, tampoco se puede culpar a esos pregoneros cuando te tiran gallinas de los huevos de oro.
Por cierto, nuestro éminence grise se enteró de la noticia y pudo relativizarla rápidamente tras repostar su Porsche. Por supuesto, también hay grandes diferencias en los precios de la gasolina. También en este caso vemos variaciones de precio en función del lugar, la hora y el tipo. Así que no es tan extraño.
Salvo que la transparencia es un adefesio. Y si un municipio estuviera lleno de gasolineras Tango, el ayuntamiento también pensaría algo al respecto. Aunque sólo fuera porque así sus ciudadanos tendrían más posibilidades de conocer a Jack Plooij en la vida real. Y eso nunca ocurre en una estación de carga.
¿Buscas una moto? Encuéntrala en Motos segunda mano Madrid Crestanevada.